miércoles, 18 de junio de 2014

La siesta




Empezó a introducir su pija en mi culo, superado el primer momento de dolor, con movimientos más intensos logró meterla en su totalidad, comencé a moverme como loca y masturbarme al mismo tiempo, incrementó sus exclamaciones de placer y me sentí invadida por su leche caliente. Qué placer, la sacó y se quedó observando cómo su semen comenzaba a brotar por mi culo.

Me recosté un rato, vestida. Es raro que necesite hacerlo a la siesta, pero estaba muy cansada del viaje y necesitaba juntar fuerzas para la doble función de la noche. Me dormí profundamente…

Te quedan muy lindos los mexicanos, oí que una voz conocida y excitante me decía al oído (tenía puestos esos pantalones de terciopelo negro con franjas floreadas a los costados…) Entre dormida reaccioné… Sentí un cuerpo muy pegado a mi espalda. Un cuerpo que de sólo sentir me estremeció de placer.

No me di vuelta. Sabía quién estaba ahí. Me entregué a esa sensación, a esas manos que comenzaron a recorrer mi cuerpo vestido, pero terriblemente sensible. Por mis suaves “mexicanos” de terciopelo elastizado sus manos no cesaban de fluir, hasta que llegaron a mi entrepierna y sentí cómo en mi interior una cálida humedad iba abriendo paso a un sin fin de sensaciones irrefrenables.

Comencé a moverme sin control. Sus manos siguieron recorriendo mi cuerpo. A través de mi polera negra de lycra mis pezones comenzaron a marcarse, deseosos de sentir sus dedos apretándolos, estirándolos. Así pasó…

Se colocó sobre mí, y comenzó a dedicarse a ellos con total desenfreno mientras sentí su pija enorme a través del pantalón…Los dos nos movíamos acompasados, totalmente pegados, sintiendo cada milímetro de nuestros cuerpos deseosos de despojarse de las vestimentas… No hace falta explicar cómo estaban mis pezones y mi concha a esta altura. Siempre me excitó mucho que él me acariciara a través de la ropa. Eso me calentaba demasiado y me hacía disfrutar aún más el momento de la liberación de ella.

No aguanté más y fundí mi boca en la suya. Busqué desesperadamente su lengua y comenzamos un juego con ellas. Nos invadíamos mutuamente las bocas. Lo abracé con fuerza, comencé a acariciar su nuca. Hacía tiempo deseaba hacerlo… Desprendí uno a uno los botones de su camisa y saboreé centímetro a centímetro su pecho, su espalda, sus brazos, su cuello… Mis manos no se quedaron quietas y después de sentir que su pantalón estaba a punto de estallar y de oír su respiración muy agitada cada vez que acariciaba con fuerza su enorme pija prisionera, desabroché su cinturón, el botón del jean y muuuy lentamente bajé el cierre.

Saqué por completo su pantalón y… comencé a lamer sus pies… Dedo por dedo… A acariciar al mismo tiempo sus piernas mientras seguía metiendo sus dedos en mi boca, a pasar mi lengua entre ellos, a morderlos suavemente… mis manos iban y venían con total suavidad por sus piernas, acercándose peligrosamente a su entrepierna, cada vez más y más cerca de su pija aún encerrada en el slip y deseando ser atendida. ¡Con los dedos del pie aún en estallaba! Deseaba sentirlo dentro de mí. Le pedí que me arrancara la ropa.

-Qué mojada estás… Me dijo…Sonreí como cada vez que lo oigo decirme eso. ¡Estoy así por vos! Y monté sobre él introduciendo su pija en mi vagina. ¡Estaba enorme!, sentí cómo perforaba mi interior, pero no me detuve hasta sentirla completamente dentro de mí, de balancearme lentamente, de meterla hasta el fondo…

Comenzamos a coger como locos, al mismo tiempo que nos besábamos, que con una de mis manos apretaba y estiraba sus bolas, que él amasaba mis tetas, estiraba mis pezones, los apretaba, los mordía y me hacía gritar de dolor y placer. Cambiamos de posición. Se puso sobre mí y arremetió con fuerza hasta hacerme gritar. Entraba y salía desenfrenadamente, cambiando de velocidad, de posición…

No aguanté más. Acabé en medio de una vorágine de movimientos, de transpiración y gritos. No nos detuvimos… Me colocó en cuatro patas y para dejar descansar a mi irritada vagina comenzó a dedicarse a mi culo. Uno a uno introdujo sus dedos. Al principio sentí una molestia. Comencé a masturbarme y lentamente la molestia se transformó en placer al tiempo que mi culo se iba dilatando y se preparaba para recibir otra cosa… Se detuvo un momento, me pidió que chupara su pija. Así lo hice… estaba riquísima, y nuevamente recuperó su vigoroso estado.

Se puso detrás de mí y lubricó con saliva mi culo. Con suavidad empezó a introducir su pija en él. Siempre fue muy suave… Una vez superado el primer momento de dolor, con movimientos más intensos logró meterla en su totalidad. No pude evitar gritar y comencé a moverme como loca y masturbarme al mismo tiempo. Me excitaba la imagen de él viéndolo todo, de ver su pija entrar y salir, de tener mis dos agujeros a su disposición, de tenerme toda para él.

Mientras lo hacía cada vez con más intensidad me rodeó con su brazo haciéndome sentir aún más suya. Después de un buen rato comenzó a incrementar sus exclamaciones de placer y me sentí invadida por su leche caliente. ¡Qué placer! La sacó y se quedó observando cómo su semen comenzaba a brotar por mi culo. Sé que esa es una imagen muy excitante para él. Deseaba compartirla, verla al mismo tiempo, pero era imposible…

Se lo dije, dije que desearía compartir esa imagen con él y lamentaba no poder hacerlo, pero que me conformaba con saber que él gozaba enormemente con ella. Me dio un beso. Se recostó al lado mío y me abrazó y me dijo… sí que vas a poder compartir conmigo esa imagen…Acabo de filmarlo ¡Todo!…

Autora: Hot Sumisa

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